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Agustín Ciapponi
Director de Cochrane Argentina
Director del Centro Cochrane Argentino-Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS-CONICET)
Investigador Independiente, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)

La transferencia de conocimiento(TC), conocida en inglés como “knowledge translation”, es definida por el conjunto de actividades dirigidas a la difusión de conocimientos, experiencias y habilidades a fin de facilitar la aplicación y aprovechamiento del conocimiento. A diferencia de la mera transmisión de conocimiento, sólo orientada a la divulgación o la docencia, la transferencia apunta a incorporar el conocimiento a una cadena de valor. Permite llevar el conocimiento proveniente de los avances científicos a la práctica, por lo que también puede denominársela implementación o conocimiento para la acción.

Aproximándonos a su aplicación en salud, la TC involucra tres sistemas: 1) de síntesis y transferencia; 2) de apoyo, y 3) de entrega. El sistema de síntesis y transferencia hace referencia a evidencia científica, debidamente clasificada por su certeza(1), disponible para ser usada en la práctica por los profesionales de la salud mediante un adecuado sistema organizacional. El sistema de apoyo se refiere a la creación de la capacidad en los profesionales mejorando la infraestructura, habilidades y motivación del recurso humano, requiriendo entrenamiento y asistencia técnica. El sistema de entrega proporciona guía para la ejecución de un programa en un lugar específico, de forma tal que la población destinataria reciba el beneficio.(2-4)

 

Ian Graham, vicepresidente de TC de los Institutos Canadienses de Investigación en Salud (CIHR), la redefinió recientemente como un proceso dinámico e iterativo que incluye la síntesis, la difusión e intercambio entre investigadores y quienes utilizan el conocimiento, y la aplicación ética del conocimiento para mejorar la salud, proporcionar efectivos servicios de salud y fortalecer el sistema de salud.(5)  La dimensión ética incorporada destaca la necesidad de un cuidadoso mensaje adecuado a la audiencia al que está destinado.

 

¿Por qué tanto interés ​​en el concepto y el proceso de TC? La principal razón es que la creación de nuevos conocimientos no conduce, por sí sola, a su adopción generalizada ni a su impacto en la salud. Debemos apoyarnos en una buena praxis de TC, considerando los diez pasos más importantes:

 

1. Identificar el problema y la necesidad de cambio

2. Identificar agentes de cambio

3. Identificar el público objetivo

4. Evaluar barreras

5. Revisar sistemáticamente la evidencia y/o desarrollar innovación

6. Personalizar y desarrollar la intervención

7. Implementar

8. Evaluar

9. Mantener el cambio

10. Diseminar

 

Para garantizar el éxito, es clave garantizar el acuerdo de todos los actores sobre la necesidad de cambio, sobre los métodos y la evaluación de impacto y sobre los responsables de cada componente. Si bien el proceso ha sido profundamente estudiado, no suele ser sencillo, sobre todo cuando los investigadores parecen de Venus y los usuarios del conocimiento de Marte.(6) Es en estos casos cuando la aplicación completa de los distintos modelos de TC puede hacer la diferencia. Los modelos de empuje o “push” se orientan a mejorar la difusión, personalizada para cada destinatario, por parte de los investigadores. Los modelos de tracción o “pull” se enfocan en mejorar la capacidad del receptor, como evaluación crítica. Asimismo, las acciones de enlace e intercambio permiten crear nuevas relaciones, por ejemplo, entre los investigadores y los decisores de salud, los cuales pueden actuar como socios como en las solicitudes de subsidios. Incluso, pueden utilizarse agentes de conocimiento capacitados para facilitar estas relaciones. Pero si verdaderamente pretendemos mejorar los cuidados y resultados de los pacientes, es crítico tanto adaptarlo al contexto local como promover un enfoque participativo. De hecho, cada vez más financiadores de investigación están virando de acciones típicas de difusión y comunicación al final de una investigación (como conferencias y publicaciones en revistas revisadas por pares) al concepto de “TC integrada” que plantea un proceso colaborativo de investigación entre investigadores y usuarios de investigación. Esto implica establecer conjuntamente las preguntas de investigación, decidir la metodología, participar en la recopilación de datos y el desarrollo de herramientas, interpretar los hallazgos y ayudar en la difusión de los resultados de la investigación. Este enfoque, también conocido investigación de acción participativa, investigación orientada a la acción o coproducción de conocimiento, produciría hallazgos de investigación más relevantes para los destinatarios finales.(5)

 

En el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), en Argentina, compartimos esta transición hacia modelos de TC integrada. Hemos tenido experiencias virtuosas de TC al final de la investigación como un diálogo de políticas de priorización de intervenciones para el control del mosquito Aedes aegypti en Latinoamérica y el Caribe(7), informado por resúmenes de evidencia para decisores(8) de una revisión sistemática sobre estrategias control del vector y un estudio cualitativo con informantes clave de la región.(9-10) En cuanto a “TC integrada” vale destacar la experiencia adquirida por nuestro grupo en proyectos de control de tabaco y más recientemente de control de bebidas azucaradas en Latinoamérica que incluyeron la participación temprana de todos los actores de interés y que culminan con la producción de paquetes de evidencia y evaluaciones de costo-efectividad cuidadosamente personalizadas para decisores.

 

Aunque es necesario medir y atribuir el impacto de cada etapa de la TC, debe reconocerse que es una tarea difícil que aún se encuentra en desarrollo que puede valerse de análisis bibliométricos, estudios de caso, entrevistas, encuestas o análisis de bases de datos administrativas, entre otros. Por razones no del todo claras, en nuestra región no suelen reportarse estas experiencias. Cuando estudiamos la penetración de la TC, por publicaciones indexadas en PubMed, Latinoamérica estaba muy por debajo del resto de las regiones del planeta.(6) Aun así, se destacan ejemplos relevantes como EvipNet Americas, diseñado para promover el uso sistemático de la investigación de alta calidad en la formulación de políticas para el área de salud.(11) Del mismo modo, la iniciativa ProVac se puso en marcha para proporcionar cooperación técnica en la promoción de la toma de decisión basada en evidencia antes de la introducción de nuevas vacunas.

 

A modo de resumen podemos decir que la implementación de la toma de decisiones basada en la evidencia es un proceso participativo que siempre requiere una importante actividad de adaptación local. Debemos desarrollar nuevas metodologías para monitorear y evaluar la efectividad general de las intervenciones de TC y también mejorar la difusión de los proyectos de TC más exitosos en la región para favorecer su multiplicación.

1. Guyatt G, Oxman AD, Akl EA, et al. GRADE guidelines: 1. Introduction-GRADE evidence profiles and summary of findings tables. J Clin Epidemiol. 2011;64(4):383-394.

2. Moullin JC, Sabater-Hernandez D, Fernandez-Llimos F, Benrimoj SI. A systematic review of implementation frameworks of innovations in healthcare and resulting generic implementation framework. Health Res Policy Syst. 2015;13:16.

3. Durlak JA, DuPre EP. Implementation matters: a review of research on the influence of implementation on program outcomes and the factors affecting implementation. Am J Community Psychol. 2008;41(3-4):327-350.

4. Wandersman A, Duffy J, Flaspohler P, et al. Bridging the gap between prevention research and practice: the interactive systems framework for dissemination and implementation. Am J Community Psychol. 2008;41(3-4):171-181.

5. Tetroe J. Knowledge translation at the Canadian Institutes of Health Research: A Primer. In: National Centre for the Dissemination of Disability Research (NCDDR); 2007.

6. Ciapponi A. Knowledge Translation in Latin America. Paper presented at: XXIII Cochrane Colloquium. Challenges to evidence-based health and Cochrane. Knowledge Translation (KT) Symposium; 23-27 October 2016, 2016; Seoul, Korea.

7. Ciapponi A, Bardach A, Alcaraz A, et al. Workshop for priority-setting in Aedes aegypti control interventions in Latin America and the Caribbean: a policy dialogue %J Cadernos de Saúde Pública. 2019;35.

8. Rosenbaum SE, Glenton C, Wiysonge CS, et al. Evidence summaries tailored to health policy-makers in low- and middle-income countries. Bull World Health Organ. 2011;89(1):54-61.

9. Bardach AE, Garcia-Perdomo HA, Alcaraz A, et al. Interventions for the control of Aedes aegypti in Latin America and the Caribbean: Systematic Review and Meta-Analysis. Trop Med Int Health. 2019;24(5):1360-2276.

10. Tapia-López E, Bardach A, Ciapponi A, et al. Experiencias, barreras y facilitadores en la implementación de intervenciones de control del Aedes aegypti en América Latina y Caribe: estudio cualitativo. Cadernos de Saúde Pública. 2019;35(5):e00092618.

11. Velázquez G. EVIPNet Americas (Evidence-informed Policy Networks en América Latina y el Caribe) un modelo de gestión. Memorias del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud. 2007;5:03-04.

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